Louisville, en el estado de Kentucky,
es el escenario de la carrera de purasangres más popular de los Estados
Unidos, el Derbi de Kentucky. Se celebra cada año el primer sábado de
mayo en el hipódromo “Churchill Downs” y supone todo un acontecimiento
para la ciudad, a la que acuden más de 150.000 aficionados a las apuestas por sus caballos y jinetes preferidos. A este gran derbi también
se lo conoce como “Los dos minutos más excitantes de los deportes”, pues ese es
el tiempo que tardan los caballos en completar el recorrido, y también como “La
carrera por las rosas”, en alusión a la enorme corona de 554 rosas que recibe
el ganador a su llegada a la meta.
Una carrera con mucha historia
En el estado de Kentucky ha existido siempre un gran amor hacia
los caballos debido a la gran cantidad y calidad de campos que hay en esta
tierra, tan ricos en calcio. La idea de instaurar un derbi en la zona fue de M.
Lewis Clark Jr., descendiente de exploradores, quien quiso fundar uno a
semejanza del derbi de Epsom, en Inglaterra.
El primer derbi de Kentucky se disputó el
17 de mayo de 1875, ante un público formado por unas 10.000 personas. El
ganador de esa primera carrera fue un potro de nombre “Arístides”, montado por
el jinete Oliver Lewis. Así comenzaba una de las carreras más
emocionantes del mundo de la hípica, a la que rodea toda una
parafernalia de eventos sociales y festejos que llenan la ciudad de Louisville
de música, colorido, gastronomía y, por supuesto, espectaculares caballos. Una
fiesta que aparece mencionada en la canción de los Rolling Stones “Dead
Flowers”.
Antes de comenzar la carrera, la banda de
la Universidad de Louisville comienza a tocar las notas de “My Old Kentucky
Home”, el himno oficial del estado, mientras todos los caballos participantes
desfilan por el hipódromo.
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