11 de marzo de 2013

¡¡Socorro, he perdido el décimo!!


Ya sea por descuido o por un robo, éste es sin duda uno de los mayores terrores de todo jugador: perder su pasaporte a la riqueza. Y es que extraviar el décimo de Lotería es una de nuestras peores pesadillas, especialmente si llega el “día D” y ese número que adquirimos resulta agraciado… ¿os imagináis?

Pero, ¿sabrías cómo actuar en ese caso? Olvídate de ataques de histeria o desear que la tierra te trague… sigue estos consejos básicos y tendrás muchas probabilidades de que nunca te veas envuelto en esa terrible situación o, si no, de saber qué hacer llegado el caso.


1. Guarda bien el décimo. Lo primero de todo, claro está, es poner a buen recaudo el décimo. Ya dijimos que la cartera no es un buen lugar, pues podrían robártela. Lo mejor es prevenir y dejarlo en casa. Guárdalo en un sitio alejado de la vista, que esté seco y que sea fácil de recordar.

2. Fotocopia el décimo. Es una forma de conservar una prueba de que tuviste el original en tus manos. Otra posibilidad es apuntar el número del décimo, la serie y la fracción, el DNI particular de cada décimo.

3. Denuncia a la Policía. Acude a comisaría y pon una denuncia por robo / extravío de ese décimo. ¡Es un cheque al portador, pero es tuyo! Deberás acreditar que tú eres el propietario del número del billete, así que adjunta tu fotocopia y los números para identificarlo.

4. La Justicia tiene la última palabra. Con las pruebas aportadas, la Justicia admite a trámite tu denuncia (en una sentencia del Tribunal Supremo de 1987 se especifica que no es necesaria la presentación física del décimo si se acredita la propiedad y se presenta la denuncia). Esto podría llevar una suspensión cautelar del cobro del premio, para que nadie que no sea su legítimo propietario pudiera cobrarlo, hasta que el décimo aparezca (en caso de extravío) o hasta que salte la alarma en caso de que alguien lo esté intentado cobrar por ti.

4 de marzo de 2013

Apuestas deportivas



Apuestas deportivas: los orígenes de la Quiniela

La Quiniela ha estado presente a lo largo de las vidas de muchas generaciones de españoles. Aficionados al fútbol o no, lo cierto es que quien más quien menos ha puesto su granito de arena y ha participado en estas apuestas, tratando de adelantarse a los resultados de la Liga.

Los orígenes oficiales de la Quiniela en España se remontan a los años de la posguerra. En aquella época el fútbol se empezaba a convertir en el deporte rey y eran muchas las peñas seguidoras de equipos que apostaban entre ellas antes de cada partido. La Quiniela también nació como una forma de regular los premios obtenidos por este tipo de apuestas. 


El primer boleto costaba 2 pesetas





La primera quiniela registrada se llevó a cabo el 22 de septiembre de 1946. En ella se apostaron los resultados de 7 partidos y llegaron a jugarse casi 40.000 boletos. Cada uno de ellos costaba 2 pesetas y la cifra recaudada total fue de 77.060 pesetas. Todo un éxito para la época.

En cuanto a los premios, hubo dos máximos acertantes de la primera categoría, que se llevaron 9.603 pesetas cada uno; 7.202 para los de la segunda categoría, y 4.801 para los de la tercera. Los acertantes de la cuarta categoría se llevaron cada uno 59 pesetas. Así comenzaba uno de los juegos de apuestas más populares de España, que ya ha cumplido más de 60 años de historia.

El mecanismo de juego de aquellas primeras quinielas era distinto del actual, aún más complejo. Los jugadores debían acertar tanto el equipo ganador como el número de goles que marcaba cada uno. Hasta dos años después no entró en vigor el actual sistema de apuestas mediante los símbolos 1 (victoria del equipo local), 2 (victoria del equipo visitante) ó X (empate).